En México y el mundo se han
logrado grandes avances en temas de equidad de género, sin embargo, no se puede cantar victoria y mucho menos
abandonar la lucha cuando aún existen zonas rurales en donde se venden a las niñas
en matrimonio o son negociadas por ganado.
Para entender mejor la
equidad de género es necesario distinguir entre sexo y género, el sexo se
refiere a las características físicas de índole natural que tiene el cuerpo y
que nos diferencian entre hombre y mujer, mientras que el género hace
referencia a las ideas con respecto al sexo, es una creación cultural y una
“etiqueta” que las personas hacemos basados en el sexo.
Es aquí en donde entran
prácticas que tal vez como sociedad no nos damos cuenta pero influyen en la
forma de ver al hombre y la mujer, etiquetar
los roles de cada uno y consciente o inconscientemente se discrimina al
género tanto femenino como masculino.
Es importante destacar estas
etiquetas que nos llevan a una real discriminación de género, por ejemplo: cuando la mujer está embarazada y se sabe el
sexo del bebé todos los accesorios serán de color rosa si es niña y azul si es
varón, sin embargo, una frazada color
rosa abriga igual a un varón y una color azul igual a una mujercita. Una
frazada azul no le quitará los ovarios y útero a la mujer ni la frazada rosa le
quitará el pene y los testículos al hombre.
Al momento de llegar los
juguetes para los niños se acentúa la enseñanza del rol que juegan (y deberán
jugar) las y los pequeños, al varón se le regalan coches y herramientas
señalándole de esa manera que su rol será el de proveer los insumos para el
hogar. A la damita se le regalan muñecos tipo bebé, carriolas y juegos de té
mostrándole así su rol de madre de familia encargada de cuidar a los hijos,
preparar la comida y cuidar al marido.
Afortunadamente estos roles
han cambiado poco a poco y cada vez existen más mujeres que trabajan y hombres que cuidan a los hijos y preparan
la comida en casa.
Recordemos que, de acuerdo
con la Organización de las Naciones Unidas para el desarrollo, hace diez años
las dos terceras partes del trabajo en el mundo lo realizaba la mujer y el 90%
del dinero iba a dar a bolsillos masculinos y sólo el 10% a las mujeres. El 99%
de los bienes escriturados en el mundo es de los hombres.
Desgraciadamente, por lo
general en los niveles socioeconómicos bajos las familias buscan la llegada de
un varón para heredarles el patriarcado de la misma, sin embargo, cuando se da
la llegada de una niña ésta es educada para funcionar como madres sustitutas y
educadas para dar gusto al varón en TODOS los sentidos. Dichas niñas crecen
creyendo que su lugar es y será siempre la cocina, limpiando la casa, cuidando
a los niños y con mechudo en mano, sino es así NO SIRVEN. Reforzando así las ideas
machistas.
Lo anterior son ideas y
prácticas que nos llevan a seguir en una sociedad machista en donde se cree que
las mujeres sólo serán plenamente r4ealizadas cuando tengan un esposo y sean
madres. Existen aún hombres que piensan está a su disposición en cualquier
momento y lugar, afortunadamente se ha legislado para que esta idea cambie, ya que ahora se puede enviar a
prisión a un hombre que viole a su esposa.
Es por todo lo anterior y
más que no se deben bajar los brazos en la lucha por la igualdad de género y en
contra del machismo, el 96% de denuncias por violencia son promovidas por
mujeres, mientras que el 4% restante por
hombres. Como sociedad tenemos la obligación de terminar con ese 96% y no
cerrar los ojos ante la violencia contra el hombre, porque existe y es real, la
lucha es también por terminar con ese 4% de hombres violentados.
Debemos crear conciencia
sobre los roles de género, no etiquetar de acuerdo al sexo y educar en la
cultura de la autosuficiencia económica.
Dejemos de ser una sociedad
dicromática, seamos poli cromáticos existen más colores a parte del azul y
rosa, tenemos verde, amarillo, morado, rojo, etc., que son igualmente hermosos.
Autor:
Lic. María José Landeros
Reynoso
Licenciada en Ciencias
Políticas y Administración Pública por la Universidad del Valle de Atemajac
Campus León.
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