miércoles, 20 de abril de 2016

Etiquetando géneros y machismo




En México y el mundo se han logrado grandes avances en temas de equidad de género, sin embargo, no  se puede cantar victoria y mucho menos abandonar la lucha cuando aún existen zonas rurales en donde se venden a las niñas en matrimonio o son negociadas por ganado.

Para entender mejor la equidad de género es necesario distinguir entre sexo y género, el sexo se refiere a las características físicas de índole natural que tiene el cuerpo y que nos diferencian entre hombre y mujer, mientras que el género hace referencia a las ideas con respecto al sexo, es una creación cultural y una “etiqueta” que las personas hacemos basados en el sexo.

Es aquí en donde entran prácticas que tal vez como sociedad no nos damos cuenta pero influyen en la forma de ver al hombre y la mujer, etiquetar  los roles de cada uno y consciente o inconscientemente se discrimina al género tanto femenino como masculino.

Es importante destacar estas etiquetas que nos llevan a una real discriminación de género, por ejemplo:  cuando la mujer está embarazada y se sabe el sexo del bebé todos los accesorios serán de color rosa si es niña y azul si es varón, sin embargo, una frazada  color rosa abriga igual a un varón y una color azul igual a una mujercita. Una frazada azul no le quitará los ovarios y útero a la mujer ni la frazada rosa le quitará el pene y los testículos al hombre.

Al momento de llegar los juguetes para los niños se acentúa la enseñanza del rol que juegan (y deberán jugar) las y los pequeños, al varón se le regalan coches y herramientas señalándole de esa manera que su rol será el de proveer los insumos para el hogar. A la damita se le regalan muñecos tipo bebé, carriolas y juegos de té mostrándole así su rol de madre de familia encargada de cuidar a los hijos, preparar la comida y cuidar al marido.

Afortunadamente estos roles han cambiado poco a poco y cada vez existen más mujeres que trabajan  y hombres que cuidan a los hijos y preparan la comida en casa.

Recordemos que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para el desarrollo, hace diez años las dos terceras partes del trabajo en el mundo lo realizaba la mujer y el 90% del dinero iba a dar a bolsillos masculinos y sólo el 10% a las mujeres. El 99% de los bienes escriturados en el mundo es de los hombres.

Desgraciadamente, por lo general en los niveles socioeconómicos bajos las familias buscan la llegada de un varón para heredarles el patriarcado de la misma, sin embargo, cuando se da la llegada de una niña ésta es educada para funcionar como madres sustitutas y educadas para dar gusto al varón en TODOS los sentidos. Dichas niñas crecen creyendo que su lugar es y será siempre la cocina, limpiando la casa, cuidando a los niños y con mechudo en mano, sino es así NO SIRVEN. Reforzando así las ideas machistas.

Lo anterior son ideas y prácticas que nos llevan a seguir en una sociedad machista en donde se cree que las mujeres sólo serán plenamente r4ealizadas cuando tengan un esposo y sean madres. Existen aún hombres que piensan está a su disposición en cualquier momento y lugar, afortunadamente se ha legislado para que esta  idea cambie, ya que ahora se puede enviar a prisión a un hombre que viole a su esposa.

Es por todo lo anterior y más que no se deben bajar los brazos en la lucha por la igualdad de género y en contra del machismo, el 96% de denuncias por violencia son promovidas por mujeres, mientras que el 4%  restante por hombres. Como sociedad tenemos la obligación de terminar con ese 96% y no cerrar los ojos ante la violencia contra el hombre, porque existe y es real, la lucha es también por terminar con ese 4% de hombres violentados.

Debemos crear conciencia sobre los roles de género, no etiquetar de acuerdo al sexo y educar en la cultura de la autosuficiencia económica.

Dejemos de ser una sociedad dicromática, seamos poli cromáticos existen más colores a parte del azul y rosa, tenemos verde, amarillo, morado, rojo, etc., que son igualmente hermosos.



Autor:
Lic. María José Landeros Reynoso
Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad del Valle de Atemajac Campus León.

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